Amo lo que atizo
y lentamente asimilo
Amo así como veo
con las repugnantes telarañas
porque tuvieron que pasar veinte años
para ver con el alma...
Amo lo que cuido día a día
amo lo que odio de amar
venero, idolatro y adoro
ese esbozo invisible.
Y no existo más que en palabras
hasta que me atreva a mirar siquiera
gritando a lo lejos
que me socorran
moliendo las manos y quemando los ojos
esperando así trascender.
Y la vida que no sólo me pertenece
se atreve a cuestionarme
Pútrida e insignificante
sin nosotros no eres nada
porque si no te odio no eres nada
porque si te amo me conformo...
Odio lo que temo de amar
venero, idolatro y adoro
esperando así trascender
para ver con el alma.
Cómo puedes llegar a saber
cuánto te debo en este tiempo
conciencia e inconsciencia
en cada momento
cómplice y complemento
Aunque a veces seas imaginario...
no me importa
o estés gritándome al oído
¡Qué importa que enloquezca!
¿Me estoy escuchando?
¿Te escuchas?
El imperio mentiroso
el reino de lo aparente...
Es así como opera
Llega hasta mis ojos
Repugnantes
pútridos y amados
¿Lo escuchas?
El susurro en tu oído
las mitosis al máximo
el contrbando de ideas
el tráfico de sentiemientos
Soy yo
heme aquí
Soy yo
Escondida como traficante
drogadicta y enferma
Irresponsable...
Pues me declaro inocente
no fue mi culpa...
de veras
No lo imaginé
no lo soñé.
Temo de temer odiar y amar
porque las cápsulas quieren vivir
¡No me pidan valentía!
temo hasta de escribir
Yo no quería...
mis manos me obligaron
y me descifraron
Traductoras y
Traidoras
No rompan con el sortilegio
no maten al gritar:
¡Te amo, te amo!
Traidoras e insensibles
pero no me importa...
porque las cápsulas de deshicieron en mi boca.
Ya nada se esconde
no fue mi culpa
de veras...
no es culpa
no es pecado
No me arrepiento de haber encontrado la panacea
y de haberlo gritado.
